Los economic hitmen (término traducible por ‘sicarios económicos’*) son personajes cuyo trabajo consiste en convencer a gobiernos de países de niveles económicos inferiores de la necesidad de adquirir bienes. Bienes tales como maquinaria de alta tecnología, de producción, o -en la mayoría de las ocasiones- armamento, que por regla general estos países no pueden permitirse pagar. Pero tales individuos también proporcionan una solución a este problema: la financiación. No hay que desembolsar nada, reciben la mercancía y aceptan que un banco se haga cargo del pago, endeudándose con éste en unas condiciones muy ventajosas… para el prestamista.
Mediante estas triquiñuelas, países que tienen graves problemas para simplemente cubrir sus necesidades ordinarias, adquieren, por poner un ejemplo, decenas de aviones de combate de última generación para disuadir a sus vecinos -y potenciales enemigos- de cualquier veleidad belicista, consiguiendo así que esos vecinos, alarmados, se rearmen también, convirtiéndose igualmente en clientes de las fábricas de armamento… y de la banca financiera.
Así, el país exportador activa su economía, tanto de producción como financiera, mientras el comprador se va enfangando en deudas a cuyo vencimiento le resulta imposible responder, con lo cual tiene que solicitar nuevos créditos para ir cubriendo las obligaciones de pago, quedando atrapado en una espiral irresoluble. Ocurre con buena parte de los países del Tercer Mundo, que se ven asfixiados sólo para pagar los intereses de la deuda contraída con las entidades financieras de los países ricos, que les retuercen el brazo hasta límites inimaginables obligándoles, en muchas ocasiones, a cederles la explotación directa de sus recursos naturales para evitar una declaración de quiebra que les hundiría definitivamente en la miseria.**
Esta situación es ahora aplicable a Grecia, anegada por una deuda imposible de pagar, tras haber consumido muy por encima de sus posibilidades, al amparo de un falseamiento de las cuentas públicas a manos de políticos sin escrúpulos. Aludiendo a lo anteriormente expuesto, cabe reseñar que el país heleno es el cuarto importador mundial de armamento y material bélico. Además sus acreedores resultan ser, principalmente, bancos alemanes y franceses que eran perfectamente conocedores de la falacia económica griega, y de su total incapacidad de responder a las obligaciones financieras contraídas con ellos.
De ahí el interés de Sarkozy y Merkel en solucionar el problema, y rescatar… ¿a Grecia? No. En rescatar el dinero de sus bancos, que es donde van a ir a parar los miles de millones de euros que se van a proporcionar nuevamente a Grecia para que vaya pagando parte de su deuda. Y vuelta a empezar.
Y el pagano de todo esto, los ciudadanos griegos, que sin comerlo ni beberlo van a tener que pechar con una política de despidos masivos y un empobrecimiento brutal de sus economías públicas y domésticas: tienen que conseguir dinero para ir pagando como sea, y las condiciones establecidas por los “mercados” por voz de sus lacayos, los líderes políticos a su servicio, son leoninas. Hay que prescindir de funcionarios, para pagar con sus nóminas a los banqueros, alargar la edad de jubilación, reducir pensiones… También veremos en qué queda la iniciativa que pretende que varias de sus islas sean puestas a la venta.
Y hay unos cuantos países, entre ellos el nuestro, mirando acojonados lo que pasa allí, porque detrás vamos nosotros. Y a pesar de las multitudinarias protestas en la calle, el parlamento griego ha aceptado las terribles condiciones impuestas, para regocijo de sus acreedores.
Qué gran ejemplo, el de la ciudadanía islandesa, llevando al banquillo a los políticos y enseñando el dedo a los bancos.
*El término lo inventó John Perkins, quién fue ‘sicario económico’ durante mucho tiempo, en su libro ‘Confessions of an economic hit-man’ (2004).
** Existe un documental, de reciente estreno, cuyo nombre es esclarecedor a este respecto: ‘Debtocracy’ (2011).
Grecia el cuarto país importador de material bélico y todavía le tiran gases lacrimógenos caducados a los protestantes… El domingo pasado, en la Asamblea de Trafalgar Square, en la que griegos hicieron una pequeña presentación de la situación en su país, nos cuestionabamos que otra opción tenía el gobierno de Grecia más que pasar el nuevo paquete de medidas de austeridad. ¿Tú que dices?
Decir que aprobar medidas de austeridad a escala nacional para pagar unos préstamos que, sabiéndose de antemano que eran impagables, fueron aprobados para beneficio de cuatro ladrones me parece inadmisible. ¿La solución? No soy estadista, pero esta es mi opinión: siguiendo el ejemplo islandés, debería comenzarse por depurar responsabilidades dentro en el propio gobierno griego. El tamaño de ambos países no es comparable, pero seguro que es realizable. ¿Quién falseó cuentas para mostrar solvencia y que les dieran préstamos, y quién le prestó a esta gente ayuda externa? (Probablemente, agencias de calificación que les elevaron artificialmente el rating) ¿Quién firmó los contratos de compra de armas, y otro tipo de negocios, y quién se lucró de ello? El problema es que todo esto es una telaraña similar a una mafia a escala global, y entiendo que es muy difícil señalar a los culpables. Pero una investigación en firme llevada a cabo por la fiscalía general debería depurar alguna que otra responsabilidad.
Entiendo que para esto haría falta formar un nuevo gobierno, para nombrar a gente que realmente vaya a realizar la investigación, inclinaciones políticas aparte. Para ello deberían disolver el gobierno y, como antes se hizo en Islandia, formar uno nuevo de forma consensuada por los ciudadanos. ¿A golpe de referéndum? Quizá sea la mejor opción. En épocas de cambio hay que empezar a reconstruir desde abajo. Entiendo que es algo muy difícil, pero seguro que es posible. Al fin y al cabo, entre los ciudadanos griegos seguro que hay gente sobradamente preparada y capaz. Y este nuevo gobierno, tras ocuparse de encontrar a los culpables, debería señalar a los acreedores: «la culpa es de estos, pedidles el dinero que os deben». A los susodichos bancos prestamistas esto les incomodaría sobremanera y, al estar compinchados con los políticos ahora imputados, seguirían pidiendo el dinero al gobierno griego. ¿Entonces qué hacer? Ahora sí. Enseñarles el dedo 🙂
El mayor obstáculo a todo esto es, probablemente, que Grecia pertenece a la Eurozona. ¿Quién permitió su entrada a sabiendas de que su economía real distaba mucho de ser compatible con el Euro en aquel entonces? Seguro que en Francia y Alemania alguien sabe algo de esto. Todos a la cárcel.
El problema es que, como comento en el post, Grecia es ahora, ¿y después? ¿Quién será el siguiente en tener que pasar por el aro y convertirse en un Estado marioneta?
[…] significa realizar saqueos económicos a países poco desarrollados, como comentaba en esta otra entrada, a través del FMI y el Banco Mundial, utilizando la deuda externa autogenerada como herramienta. A […]